20081226

Después de un café descafeinado


espejo de placer vertiginoso

Mario Santiago


Nuestra querida corresponsal nos comparte sus pensamientos desde Viena...

Con minúscula se ha escrito el verbo Mujer. Esa hija desamparada por la historia de los hombres, por la historia de dios. Mujeres plurales en castigos y en arrepentimientos, Mujeres salvajes que han guardado con egoísmo y pudor el origen no sólo del mundo sino también del universo entero, Mujeres que se precipitan sin memoria, Mujeres vertiginosas frente a un espejo /donde la intimidad y su penumbra no entiende de límites.

La Mujer oculta, secreta, callada y también gritada tantas veces en la palabra placer, en la palabra dolor, en la palabra auxilio. No habla de otra cosa que de un cuerpo. Un cuerpo que se miente, y aunque sabemos que está, y que tiene voz, (una voz tan abierta como la herida que guarda su sexo). Una voz de hemorragias. Se miente, se contradice.

Pero no pretendo hablar de pudor, placer y mucho menos de las hemorragias. Si me pronuncio es porque mi ojo es más imprudente y me vi en la necesidad de hablar de arte, de Mujeres en el arte.

Ya la historia de los hombres ha sabido retratar e incluso abusar de la belleza de tantas Venus. Desde el más clásico hasta el más (pos)moderno. y si se busca, Mujeres en el arte hay muchas, Mujeres en lienzos, hay muchas. Pero me cabe preguntar dónde está el género de esas mujeres. Será en el que pintó Degas en sus innumerables bailarinas, o quizás en la menos descuidada desnudes de Modigliani . Me atrevo a decir que si alguna vez hubo un hombre que pintó sobre género, fue Pollock. El tan masculino Pollock. Quien derramaba óleo como si se masturbara con él. El que dijo que una obra se sabía terminada como cuando se sabe que acaba un orgasmo. Pero como el asunto es sobre las Mujeres, dejaré a Pollock para otra ocasión.

Si mi oficio es el de buscar, yo busqué, y no sólo busqué sino también busqué bien. Y encontré que las Mujeres tienen un museo. El Museo Nacional de las Mujeres Artistas . Está ubicado en Estados Unidos y es (por lo demás) el "único museo dedicado exclusivamente a celebrar los logros de las mujeres en las artes visuales, interpretativas y literarias." . Y esto debido a que los personajes Holladay se encontraron con la sorpresa que en los libros de historia del arte universal, no habían artistas Mujeres.

Dónde quedo la universalidad?. En una celebración de logros?!

Del género femenino nos enteramos tarde. Y aunque guarda secretamente su misterio, hay quieren supieron hablarnos de él. Las más incomprendidas y sin duda las más irreverentes. Ana Mendieta , quien hizo de su cuerpo más que un soporte, una obra en sí misma, porque la alegoría no sólo está guardada para los libros, ni siquiera para los oleos de Klimt, sino tiene que estar en el fuego, en la tierra, en la sangre, en alguna corteza. Arraigada.


Violeta Parra, la madre. La que no pudo hablar de ella por sobre su pueblo. La que se aventuro a hacer literalmente arte en género. Y son estas Mujeres (entre otras, no tantas) Mujeres suicidas, las que han abierto un umbral de paradojas entre sexo y sexualidad, entre arte y género. Porque son ellas las que nunca supieron dudar de su cuerpo, donde se presume encontrar nuestras huellas. Donde se presumen…


 

No comments: